Que el tronar de tus botas al caminar
ahuyente a buitres y hienas,
que te marquen el camino
matojos de perejil y hierbabuena,
que entre pinares y castaños
tu nariz sea fragancia de primavera,
que al alba nos veamos
acurrucados en tu madriguera,
que no falte el amor,
que la poesía nunca muera.
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