sábado, 10 de enero de 2015

LA DECADENCIA DE AGAPE (ἀγάπη)

Efímera mirada que en tus ojos se pierde
bajo cálidas lluvias que anhelaron tu Philia,
carnosos labios, la desdicha de mi suerte,
apremiando el final de esta temida valquiria.

Raquítico escalofrío que recorre mi envés,
redefines tu lúcida sonrisa en mi Storge
con dulces caricias que merecen tu tiznada tez,
erigiéndose en la cruz del resplandeciente orbe.

¡Maldito Eros que promueve tu sexo;
este carnal deseo que me nubla el camino!
Quisiera rozar tus caderas en forma de verso, 
y degustar en tus espaldas la cosecha de tu vino.

Xenia que se reinventa y que se arriesga,
lucha contra el opresor con puños y patadas,
las cadenas de esta desalmada tierra,
se deshacen ante el compás de tu tierna mirada.

Ni los rayos de Zeus, padre de todos los dioses,
ni Atenea, ni Artemisa, ni Hefesto, ni Dioniso
impedirán que grabe en mi mente a fuego tu nombre,
jamás sucumbiré ante las tinieblas del olvido.

Ni mi viaje al inframundo, mi ascensión al Olimpo,
ni siquiera la absurda decadencia de Agape
podrá evitar que siga queriendo luchar contigo,
nada callará mi voz cuando chille que te ame...

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